10- Angkor. Templos Jemeres

Ya de por sí, el nombre de Angkor es, seguro que estais de acuerdo conmigo, sugerente. El imperio Jemer era conocido por sus sanguinarios sacrificios, por su poderoso imperio y por que, algún día del futuro, iba a ser visitado por los 3 villors y contado en este blog. Así que un 4 de mayo de 2008 los 3 villors y nuestro nuevo amigo Richard subimos a los lomos de un tuc-tuc y nos dirigimos a los templos de Angkor, previo pago de 20 $ (se ve que no estaban informados de nuestra llegada y nos cobraron como al resto de turistas).
Los templos de Angkor fueron finalistas para aquella historia de crear las 7 maravillas del mundo moderno. Aquello fue una chorrada, visto las 7 maravillas que salieron, pero estos templos sí merecieron estar junto a las murallas chinas, Petra, Pirámides, etc...Son, en dos palabras, acojo nantes.
No perderé el tiempo contando lo bellos que son, colgaremos las fotos para que las veais y trataremos de animaros, cuando os veamos, de que vengais a verlo.Solo contaré una cosa: los ficus al crecer han terminado abrazando, pasado cientos de años, alguno de sus muros y capillas.
El arte Jemer ha terminado mezclandose con el arte de la naturaleza. Lo sugerente termina mezclandose con lo fantástico.
Nuestro gusto por ver estas maravillas con nuestro cansancio. Tailandia, con Camboya. Las miradas, con las sonrisas. Eso sí, el calor que estamos pasando no se mezcla con nada, el jodio desgraciao.
Raúl

ARANYAPHATHET-SIEM REAP: Blues de la frontera
La renta per capita de Thailandia es de 2000 $ al año. Con una extensión como la de España es el maximo esportador de arroz del mundo, gracias sobre todo a metodos muy avanzados de cultivo, como el riego por anegacion. Camboya es el pais mas pobre de Asia. Su renta per capita es de 350 $ al año. No es exagerado: pasar de Tailandia a Camboya es pasar del primer mundo al tercer mundo.
Y episodios como el vivido en la frontera camboyana quitan el hipo a cualquiera. Los viajeros lo notaron nada mas llegar, en el mismo lado thailandes: adolescentes en moto vigilando, haciendo el gesto de estampar un sello con las manos, niños pidiendo (la primera vez que les ocurría a los viajeros) o niños que te cubrían bajo un paragüas para cobijarte del sol y que por mucho que estiraran el brazo no llegaban a auparlo por encima de tu cabeza, policias impertérritos apostados en una caseta de informacion túrística y que no hablaban una sola palabra de inglés. Polvo, mucho polvo en las calles, miles de carros rudimentarios de madera tirados por gentes que ya no sonreían.
Esto es el lado thailandes. Les esperaba lo peor a los viajeros.
Si vas sin visado tienes que andarte al loro de donde conseguirlo, pues una vez cruzada la oficina de inmigración thailandesa (normalmente son amables) llegas a una especie de terraza del chiringuito Manolo a itad de camino entre ambas fronteras. Alli te unos polis camboyanos que no hablan inglés te tramitan el visado. Gracias a un chavalín que les condujo hasta allí e hizo de intérprete se pudo arreglar, si no no sé que les hubiera ocurrido a los viajeros. Pagaron 20 € (se supone que eran 20$, igual hubo tongo) + una foto y los viajeros se dirigieron a la oficina camboyana, cruzando un insolito paraje lleno de casinos de lujo (los juegos de azar están prohibidos en Thailandia), intercalados entre ambas fronteras. Todo aderezado con más polvo y más carros repletos de mercancias tirados por jóvenes casi descalzas.
Espeluznante es poco.Y en estas, los viajeros estupefactos, atrincherados, pasan a Camboya. Dan una propina al chaval-intérprete que les condece a un coche-taxi. Les piden 1500 bahts (30 €) por ir hasta Siam Reap. Son 150 km por una carretera complicada, en la que el bus tarda 5 horas. La negociacion para conseguir un transporte hasta Siem Riap fue dura: pedian 1500, pero con un 4 viajero, lo dejaron en 1200. Esos 20 minutos de espera hasta que aparecio RICHARD (amigo neozelandés que les acompañaría también a Angkor) clausuraron para siempre el verbo pestañear: niños que no sonreían, motociclistas en fila pasando en mano billetes a los polis camboyanos (los viajeros siguen sin saber el motivo), casas desvencijadas, niños descalzos y las miradas duras de la gente sobre las espalda de os viajeros. Duras miradas a la espera de algo...
La carretera de 150 km (ejem una pista de barro en obras) que lleva hasta Siem Riap fue espeluznante: socavones, charcos como lagunas, todo en obras, solo apenas 20 km asfaltados. Y encima de noche!!
Después de 3 horas de extenuación, la carrerera comienza a brillar, asfalto y firme en buen estado: los viajeros entran en zona de hoteles y restaurantes de auténtico lujo próximos al aeropuerto de Siam Riap. Todo esplendoroso. De nuevo, todo parecía ciencia-ficción, todo. Cruzados 2 km de lujo y parafernalia los viajeros llegaron a la zona céntrica, más, digamos, 'normal'. Todavóa quedaba buscar un lugar para pernoctar y negociar con ROGELIO (el orondo conductor del tuk tuk) el día siguiente para ir a Angkor. Una odisea. Regateo por aquí, regateo por allá. Ni Laudrup en sus mejores tiempos hubiera salido tan airoso. Los 3 viajeros encontraron un lugar decente por 25$ (breakfast included, amigo Lici, por supuesto). Uffffff, hay que vivir un dia asi, de verdad.
Oscar