29 abril, 2008

6- CHIANG MAI. De dia

Debe ser inquietante para un nomada sentirse en casa. Como debe ser desolador para un inmigrante la sensacion de desarraigo.
Chinag Mai (la segunda ciudad de Thailandia) te hace sentirte como en casa. Eso nos contaba Deborah (una inglesa con casa en Girona) y no le falta razón. Su amiga thailandesa bird, resplandeciente muñeca de porcelana, es parte del encanto de esta ciudad. Todavia no entiendo como la marabunta de motocicletas y el ejército de tuk-tuks no nos ha llevado por delante cada vez que girabamos el cuello.
El cuadrilatero central de Chiang Mai es un remanso de paz, surtido de pequeñas tiendas, templos, cafetecitos y casitas de madera y bambu. Todo salpicado de miles de arboles....Como para no sentirese en casa. Muchos extranjeros decidieron en su momento instalarse aqui, en busca de ese edén que nos prometieron.
En uno de estos templos, una ceremonia de pequeños aprendices de monje sorprendió a los viajeros, que como ya han aprendido a sonreir a todo bicho vivente con inesperada naturalidad, se extrañan mucho de que los pequeños aspirantes a monje no sonrían casi nunca. Hasta que un maestro budista atizó a un discolo aprendiz un manotazo en la cabeza pelada. Es que, convendreis conmigo, sin disciplina no hay virtud.
Oscar

1 comentario:

JFG dijo...

Fascinante. A lo mejor no es mala idea eso de meterse budista, sobre todo por la paz, aqui en la capi, eso ya no existe, que pena.
Ya tengo ganas de conocer ese mundo.
Cuidaros.